De La Barbarie del Lirismo Blogspot
Por Carlos
1; Qué horrible y qué frágil es el ser humano, intentando controlarse, controlar, dejar de ser a momentos. Mirándose a los ojos. Sintiéndose mal, en todo sentido. El ser humano que espera, sentado en el sillón.
2; La posmodernidad, otra vez. Barthes:
3. La obra se cierra sobre un significado que se convierte en objeto de la filología o de la hermenéutica. El texto se experimenta en relación al significante que no se encuentra sino que se busca indefinidamente.
4. El texto es plural no en el sentido de que tiene varios sentidos, "sino que realiza la misma pluralidad del sentido: una pluralidad irreductible. (...) el Texto no es coexistencia de sentidos, sino paso, travesía; no puede por tanto depender de una interpretación, ni siquiera de una interpretación liberal, sino de una explosión, una diseminación. La pluralidad del Texto, en efecto, se basa, no en la ambigüedad de los contenidos, sino en lo que podría llamarse la pluralidad estereográfica de los significantes que lo tejen (etimológicamente, el texto es un tejido:(...) está enteramente entretejido de citas, referencias, ecos: lenguajes culturales (¿qué lenguaje puede no serlo?), antecedentes o contemporáneos, que lo atraviesan de lado a lado en una amplia estereofonía."(77-78) De esta forma, todo texto se inscribe en una intertextualidad, en una red de citas "sin entrecomillado".
5. La obra es propiedad del autor, pero el autor no es propietario del Texto: "la metáfora del Texto es la de la red; si el texto se extiende es a causa de una combinatoria, de una sistemática "que sobrepasa los controles del yo que escribe. (78) En el espacio social que es el texto todos los lenguajes y todos los sujetos de la enunciación se encuentran en una situación de equilibrio, ninguno tiene poder de juicio sobre otro.
(Link). Lo mismo de siempre, de Deleuze (el rizoma, el nómada), de Derrida (la differánce, la diseminación). La indeterminación radical del significado, que es, más bien, un camino horizontal que una revelación dada. Tejidos relacionales, no sustancias bien establecidas. Lo que huye. Los residuos de la historia y las condiciones trascendentales. La posmodernidad es ésa idea, ahí está su esencia. Yépez:
Una de las implicaciones forzosas de renunciar a la comodidad posmodernista es salir del nihilismo. El nihilismo es el desencanto de los valores modernos, mezclado con desilusiones o melancolías, la saudade, el spleen y el valemadrismo específicos de las culturas. Es la apatía hacia toda transformación. El nihilismo es la infatuación de los valores modernos, abstraídos hasta haber sido vueltos Valores Universales y luego declarados fracasados o inútiles.
El nihilismo no se opone a la revolución; el nihilismo se caracteriza, exactamente, porque no quiere oponerse. Es la renuncia al esfuerzo de contradicción. Es la falta de energía y el anestesiamiento. La muerte de la resistencia. En el nihilismo muere todo contraste y oposición. Todo equivale. A nada. Se aniquila todo transfondo, no sólo los metarrelatos. Y esto ocurrió porque se postuló que los valores hegemónicos de Occidente eran universales, los únicos, y cuando éstos fallaron se declaró que ya nada podía sustituirlos significativamente, ya nada tendría sentido.
El nihilismo es secuela del eurocentrismo, es su consecuencia obligada: si los valores occidentales fallaron todo se acabó porque fuera de ellos no hay valores, no hay nada más. El nihilismo no es más que otra faceta de la hegemonía. El nihilismo dice: se acabaron los grandes proyectos. Y lo dice solamente porque, en su ensimismamiento, se acabaron sus grandes proyectos y arrogantemente declara imposibles o ilusos cualesquiera otros.
El nihilismo es la alevosía de la continuación del occidental ensimismado, negador de cualquier otredad radical. Una cultura o un grupo exclama su proyecto de revolución. El nihilista responde: "¡Bah! ¿acaso no sabe que la revolución es ya imposible: passé? ¡Qué risible su anacronismo!" Desde el arte hasta la política el nihilismo se fundamenta en el desprecio. [...]
El mismo desprecio que sus proyectos centrales sintieron por los valores del otro y que ahora siente por sí mismo, su pasado o su visión del porvenir. [...] Tú no puedes más que repetir mi experiencia. Ya lo verás, algún día pensarás como yo, porque yo siempre soy la verdad, incluso la verdad del fracaso.
El nihilismo es la depresión de Occidente, su egoísmo atávico. Así, pues, otra clave para salir del posmodernismo --el desencanto de Occidente con su propio juego de cosmovisiones hegemónicas-- es volvernos desertores del nihilismo. Desertar el desencanto, desertar el nihilismo. Los valores fracasados de Occidente no son todos los valores posibles. [...]
El nihilismo ha intentado ironizar y destruir cualquier intento de fundamentar el nacionalismo, pues el posmodernismo es orgullosamente posnacionalista. (Es postodo, ok?) El posnacionalismo ha ocurrido exactamente ahora que el capitalismo lo requiere. (De parte de los otros.) [...]
El posmodernismo es también una forma más de imperialismo. En este caso, declarar el fin de todos los metarrelatos a manera de senil berrinche. Como la izquierda de Occidenta fracasó, Occidente dice: "Ya no puede existir izquierda. Toda izquierda será absurda. Cualquiera que la intente será funesto". La frustración de Occidente, a través del desencanto posmodernista, es declarado universal, característa "primordial", "inconfundible" de toda una Era, toda una Época definida, ¡qué más faltaba!, por el fracaso de los macrorrelatos europeos modernos.
"Todo Ha Sido Arruinado", dice la voz de aquel pobre viejo impotente.
Una profesora habla del relativismo discursivo de la hermenéutica, y confiesa que tiene diez mil consecuencias políticas y éticas. Pero cierra con un "yo ésas nunca las digo" y una sonrisita cínica. Posmoderna.
3;
Y alguien me dice que la salida de ésto está en la Ilustración. Sonrío. Digo "agüevo" demasiado fuerte. Estamos borrachos, viendo desde afuera a la física, completamente ciertos de lo tremendo que es que tal cosa como la física pueda existir. El hombre, el mundo, la unidad del Ser. La Razón. Lo que nos hace querer estar aquí, todavía más. El argumento moral. (Y uno se pregunta, secretamente, si es la Razón la causa eficiente, o sólo la final). (Quizá --escribía Derrida hace años-- estemos a la víspera del platonismo).
texto disponible en:http://barbariedellirismo.blogspot.com/2007_03_01_archive.html
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16 sept 2007
(NIHILISMO, DERRIDA, DELEUZE)
Rebotado por sauldadá at 16.9.07
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