Por María Daniela Noceti
MATRIX: CONTROL E ILUMINISMO
Sin dudas, Matrix constituye una novedad crucial en el panorama cinematográfico: por primera vez, se medita, en términos imaginativos, sobre la naturaleza del mundo virtual. Mundo virtual que es la realidad misma y que integra o incluye dentro de sí a la vida humana. Esta inclusión puede motivar diversas interpretaciones. Para la autora de estas líneas, Maria Daniela Noceti, la inclusión de la vida dentro de la Matrix o lo real virtual es de índole coactiva. Así aflora un posible paralelismo entre el universo de sentidos de Matrix y la filosofía crítica plasmada en la Dialéctica del Iluminismo, de los filósofos Adorno y Horkheimer, animadores de la célebre Escuela de Frankfurt. En la obra mencionada, se piensa al Iluminismo, a la cultura moderna, como escena de la dominación y el control social mediante la manipulación y la ilusión colectiva. Así, en este momento de Cine y Trascendencia de Temakel, recorreremos un posible modo de indagar las significaciones de la Matrix que alberga una sólida identidad con la modernidad que incluye y sujeta.
¿Por qué si el iluminismo buscaba acceder a la verdad a través de la razón, enterrando mitos y miedos para dar paso al progreso, el hombre frustró su proyecto de libertad, quedando encerrado en una "jaula de hierro", como lo denominó Weber y padeciendo una tendencia hacia la barbarie y la autodestrucción?
La dialéctica del Iluminismo, como lo definieron Adorno y Horkheimer (proceso de construcción-deconstrucción) en el marco de la Segunda Guerra y en plena expansión del nazismo demostró que el hombre no sólo había perdido su proyecto de libertad y progreso, sino que era sometido a un proceso de homogenización en donde se suprimían los particularismos y se excluía lo diferente; en donde se perdían las identidades para ser igualados en un sistema en el cual la razón instrumental los convertía en meros instrumentos, cuando la razón debía ser, como se pensó en un principio, un instrumento del hombre.
Matrix es un mundo soñado generado por computadora para mantener a los hombres bajo control. El mundo no es otra cosa que programas cargados en la estructura de la matrix donde los individuos viven una realidad virtual, creyendo que ese es el mundo "real" y que son libres. En realidad la raza humana está bajo el control de una inteligencia artificial que no es más que una conciencia única que generó una raza de máquinas para sus propios fines.
Para que la inteligencia artificial se mantenga necesita de la energía humana, por lo que los hombres son cultivados en inconmensurables campos, donde permanecen encapsulados y dormidos toda su vida, mientras viven una realidad virtual desde sus mentes. Así, la raza humana permanece conectada a la Matrix sin siquiera haber abierto nunca sus ojos, sometida al poder de esta inteligencia artificial que la priva de su libertad y de su autoconciencia.
Neo, el protagonista del film, encarnado en Keanu Reaves, se propone averiguar la verdad de su existencia y formará parte del grupo de Resistencia, los únicos que conocen el enigma del universo.
En las presentes líneas nos proponemos hacer una serie de paralelismos entre esta ficción apocalíptica y la mirada de Adorno y Horkheimer en Dialéctica del Iluminismo, en donde queda expresada la prisión invisible del hombre atada a la pérdida de una ciencia degrada a razón instrumental, a la renuncia del pensamiento crítico y a toda capacidad transformadora.
. . . MATRIX ENTRA POR LOS SENTIDOS, Y ES IMPOSIBLE SACARSELA DE ENCIMA. . .
El iluminismo, por abandonar cualquier explicación no racional de la realidad, por enterrar mitos y dogmas se ató exageradamente a los hechos, reprimiendo otras posibilidades de lo real.
Si el proyecto del iluminismo tenía por objeto quitar los miedos de la naturaleza y liberarnos de la magia a través del conocimiento científico, esto no sólo se realizó, sino que, a la vez, se avaló un proceso por el cual se reducía la promesa científica a mera técnica, quitándole a la ciencia su elemento crítico y reflexivo. Cuando la ciencia deja de reflexionar sobre sí misma se empiezan a imponer verdades en relación con la naturaleza a domesticar. Según Adorno: "Lo que no se adapta al criterio del cálculo y de la utilidad es, a los ojos del iluminismo, sospechoso".
En este proceso la naturaleza matematizada se idealiza y el pensamiento se reifica. El iluminismo niega la posibilidad de "pensar el pensamiento" porque su exigencia mayor es guiar a la praxis. Así, el pensamiento se torna instrumento.
El iluminismo, estrechó la realidad con el lenguaje de la fórmula matemática y del cálculo. Y en la construcción de universales y elaboración de leyes se fueron perdiendo las particularidades. Adorno y Horkheimer en Dialéctica del Iluminismo señalan: "en su itinerario hacia la nueva ciencia los hombres renuncian al significado. Sustituyen el concepto por la fórmula, la causa por la regla y la probabilidad…Lo que parece el triunfo de la racionalidad objetiva, la sumisión de todo lo que existe al formalismo lógico, es pagado mediante la dócil sumisión de la razón a los datos inmediatos."
Por atarse exageradamente a los hechos, y por "conformarse con lo real", los hombres no pueden soñar con algo mejor, se renuncia a la utopía y al significado y a cualquier capacidad transformadora. Todo debe ser posible de mensurar y cuantificar.
Sin embargo, hay cosas inefables que no pueden ser explicadas, ni siquiera comprendidas, pero el iluminismo no lo permite porque se restringe a lo meramente instrumental del lenguaje.
De alguna manera, al igual que los hombres que viven atados a los hechos, los humanos de Matrix no pueden darse cuenta de la totalidad de la que forman parte porque legitiman la verdad de su existencia. Ellos no pueden salir de su realidad virtual, están atrapados en lo que creen es lo "real".
Según Horkheimer en Teoría tradicional y Teoría crítica : "El sistema triunfará cuando no haya más reflexión, los individuos estarán narcotizados y no sentirán el dolor. Ellos adherirán al sistema que los suprime"
. . . La Matrix está en todos lados a nuestro alrededor, aún mismo en este cuarto o cuando enciendes el televisor. La sientes cuando vas a trabajar, cuando vas a la Iglesia, cuando pagas tus impuestos. Es el mundo que te han puesto sobre los ojos para cegarte la verdad.
*
¿Qué verdad?
*
Que eres un esclavo. Naciste en una prisión que no puedes oler, probar ni tocar. Una prisión para la mente. . .
…. . . LA MATRIX NO TE RECONOCE. . . …
A partir de la construcción de universales todo es reducido a la idea de semejanza y repetición. Esto, aplicado a la sociedad lleva a la homogenización y a la pérdida de los particularismos, de las diferencias y de lo concreto.
Este proceso de abstracción ejercido con violencia puede explicarse a través de tres ideas. La primera, el valor de cambio.
El sistema necesita que las cosas se puedan intercambiar como iguales en algún sentido, por ejemplo las horas-hombre que se necesitan para producirlas. Los particularismos se pierden, siendo suplantados por el valor de cambio.
Una segunda idea es el concepto científico, que se remite a generalizaciones, dejando de lado lo particular y lo concreto, para poder elaborar leyes generales. Atado a esto, como primer eslabón de este proceso de abstracción es el mismo lenguaje el que implica abstracción. Al conceptualizar se está remitiendo a categorías generales, en las que se pierden las diferencias. Para conocer un fenómeno ya se lo incluye en un sistema de clasificaciones.
Por último, el instrumento tecnológico, a partir del cual todas las piezas están construidas en serie para que cualquiera de ellas pueda ser reemplazada. Todas encastran de manera perfecta, a diferencia del trabajo artesanal, donde cada pieza resultante va a ser diferente y concreta en sí misma.
El atenerse a los hechos se recae en la "humana capacidad de abstraer. Para Horkheimer y Adorno: "Bajo el dominio nivelador de lo abstracto, que vuelve todo repetible en la naturaleza, y de la industria, para lo cual lo anterior prepara, los liberados mismos terminaron por convertirse en esa "tropa" en la cual Hegel señaló los resultados del iluminismo".
Por lo tanto, a partir del proceso de abstracción aplicado en la ciencia y llevado al campo de lo humano, lo importante es ser parecido, cumplir con una función, algo similar a los cuerpos que entubados, encapsulados e iguales, descansan en una realidad virtual, dotando de energía a la conciencia artificial. Los sujetos de matrix no nacen. Son cultivados y no tienen nombre. Sólo son una categoría que sirven por su función: generar energía para el sistema. Pueden ser suplantables, porque carecen de su carácter particular y único.
Lo igual se agrupa, y se excluye lo diferente porque no le es útil al sistema.
La ciencia se escapa a todo lo contradictorio. Y este es un modo de crear otros mitos: validar lo igual y excluir lo distinto. Al aplicar a la sociedad esta idea de razón instrumental se produce la cosificación del sujeto.
A partir del trabajo, el hombre transforma la naturaleza y a sí mismo. El sujeto vale como mera fuerza de trabajo puesta en marcha para la producción de objetos. La razón instrumental hace que todo sirva para determinados fines. Todo lo que no ayude a la razón instrumental y a la producción es eliminado, por lo tanto mucho de la condición humana es negado.
Se valida entonces lo idéntico por sobre lo diferente, la totalidad sobre lo particular, el sistema sobre el individuo y lo abstracto sobre lo concreto.
"- . . . Tengo recuerdos de mi vida. Pero ahora sé que no son reales."
"- No eres nadie, en realidad. La Matrix no te reconoce. . . "
ANTIVIRUS.
…. . . Los agentes son programas conscientes que se encargan de mantener el orden dentro de la Matrix. Hemos sobrevivido protegiéndonos y huyendo de ellos. Son porteros que nos vigilan y nos persiguen todo el tiempo.
Ellos tienen las llaves. . . …
La Dialéctica del iluminismo fue escrito en el marco de la Segunda Guerra en medio de la barbarie nazi. El iluminismo había planteado una búsqueda racional de la verdad para poder aspirar al progreso. Se había planteado una sociedad de iguales y se había abogado por los derechos naturales de los hombres.
Con los fascismos y la locura política el iluminismo estalló en mecanismos irracionales, que lejos de llevar al progreso humano se degeneró en autodestrucción.
El fascismo, con su meta de convertirse en nueva religión no admitía a las demás. La razón quedaba sepultada bajo el imperativo totalitario de renovar todo el planeta en los términos de purificación racial. El único modo de llevarlo a cabo era eliminando lo diferente, en este caso, el blanco eran los judíos.
Horkheimer y Adorno en Elementos del antisemitismo comparan la lógica de esta conducta con la de un paranoico. "El paranoico crea a todos a su propia imagen y semejanza. Parece no tener necesidad de ningún ser viviente, y a pesa de ello exige que todos lo sirvan."
Según la mirada psicoanalítica desarrollada por Adorno y Horkheimer en este capítulo, el antisemita atribuye desmesuradamente al mundo lo que está en él, pero lo que le atribuye es absolutamente exéntrico. En esta clase de paranoia el sujeto se halla en el centro y el mundo sólo es una ocasión para su delirio, "se convierte en la totalidad – omnipotente o impotente – de todo lo que el sujeto proyecta sobre él."
La barbarie nazi se traslada a los campos de concentración, donde se abstraen y se igualan a todos los hombres, y donde se los incluye en el sistema común que los identifica. Así se borran las identidades y por lo tanto también lo particular y lo concreto para pasar a ser sólo una categoría: fuerza de trabajo.
Así, a lo diferente se lo niega, se lo excluye, y en este caso, se lo aniquila. El iluminismo no daba lugar a la contradicción. Lo que no podía ser explicado no era reconocido.
El sistema buscó modificar esta alteridad, incorporándolos al proceso de producción incluyéndolos como una pieza del engranaje industrial, pero una vez que se los subsumió a esa totalidad homogénea de los campos de concentración seguían siendo incompatibles con el sistema. Les habían sacado junto con su identidad, sus particularidades. Se los volvió útiles, sirviendo a la razón instrumental. Pero aún así seguían siendo "diferentes".
Desde los sansimonianos hasta el propio Marx creyeron que el despliegue de la máquina, de las fuerzas productivas, del desarrollo técnico-científico construirían una sociedad más igualitaria y más humana. Sin embargo, el despliegue del maquinismo y el desarrollo de la técnica también produjo, lejos de la realización de esos sueños del S.XIX formas de destrucción y de barbarie. "La lógica de la dominación, el mecanismo de la homogenización de los hombres y cosas, la realización del proyecto iluminista - burgués, supone el vaciamiento de la subjetividad sobre la que se montó ese proyecto, su sujeción a las estructuras de una sociedad atravesada íntegramente por la racionalización y la despersonalización."
Imaginemos una vez más la apocalíptica ficción de Matrix, donde hay un programa de computación en donde todos los hombres viven su vida. Todos creen ser particulares, únicos, reconocibles, con todas las particularidades y toda una forma de vida propios.
En realidad, esto es lo que la Matrix pone ante sus ojos como una realidad virtual.
La verdad es que los hombres sólo son una categoría, con una función específica: la energía que le otorgan a la Inteligencia artificial, porque ésta ya no puede nutrirse de la energía solar. Los hombres son cultivados en campos interminables, y al igual que en los campos de concentración, el hombre se ve violentamente privado de su libertad. En una caso la razón instrumental está puesta en el trabajo. El hombre es útil y le sirva todavía al sistema si forma parte del proceso de producción. En el otro caso, en el de la ficción, el hombre también es una especie de máquina sin nombre, sin su carácter concreto, donde sirve a la razón instrumental en cuanto dador de energía. Los hombres de Matrix trabajan para otra clase de dominación, que es la Inteligencia artificial.
Lo que me parece atractivo de comparar en esta lógica de persecusión y exterminio, entre el antisemitismo de Adorno y Horkhaimer y Matrix, es cómo se cuida la reproducción del sistema.
Vemos como en el primer caso, el "real", el que corresponde con cualquier clase de totalitarismo, el que es "diferente" es perseguido y aniquilado, porque atenta contra la Totalidad Homogénea. En el segundo caso, el de la ficción, en Matrix existen los "agentes", que son programas concientes y que se encargan de mantener el orden de la Matrix, persiguiendo a cualquier humano que forme parte de la "Resistencia" y que luche por su autonomía y libertad, como es el caso de los protagonistas que conocen su verdadera naturaleza, y que quieren liberarse del dominio de las Inteligencia artificial que los suprime. Los sujetos de Matrix saben que solos no pueden hacerle frente a los agentes, saben que son superiores a ellos, tienen desarrolladas otras capacidades.
"Cuando veas a un agente, solo corre", le dice uno de los humanos "esclarecidos" a Neo.
…. . . Ustedes los humanos, no son como todos los mamíferos. Necesitan consumir y devastar, y cuando ya no hay nada se expanden a otro lugar. Ustedes son una especie de enfermedad, son como un virus. Y nosotros somos sus antivirus. . . …
…. . . PARA QUE LA INDUSTRIA CULTURAL FUNCIONE COMO TAL. . . …
Frente a la masificación de la sociedad, se crean artefactos y productos en serie que sirvan para un consumo masivo y que estén dentro de los cánones de la Industria. Aunque apareciera como una forma cultural espontánea de las masas, la industria cultural es la reproducción en serie de la cultura.
Hay una constante repetición de lo mismo, no se permite la innovación. Los films, la radio, las publicaciones periódicas, no aparecen como una serie desordenada de expresiones culturales, sino que constituyen un sistema tendiente a la uniformidad. Los sujetos creen que son libres de elegir en una oferta plural de posibilidades, pero esto no es así. Adorno y Horkheimer dicen: "La apariencia de libertad de elección del sujeto frente a los productos de la industria cultural pone de relieve su falsedad al promover una libertad donde las opciones a tomar ya fueron decididas por el mercado, que es el que verdaderamente elige".
La cultura mercantilizada, cosificada es despojada de sus elementos críticos y vuelta funcional.
En esta lógica, el hombre es un objeto más. Al hombre no sólo se le piensa un trabajo y se le da un salario, sino que se le organiza su tiempo libre, su ocio, para que pueda consumir.
La astucia, y la farsa que implica la industria cultural consiste en realizar en el plano de lo simbólico la promesa de lo que está impedido: la industria cultural propone como paraíso la vida cotidiana, no se necesita acceder a otra cosa.
Las masas reclaman obstinadamente la ideología mediante la cual se las esclaviza y la industria responde a esa demanda que ella misma creó.
Horkheimer en Crítica de la Razón Instrumental, "sobrevivir implica para el individuo la adaptabilidad a la coerción de la sociedad que lo somete".
Para la industria cultural el tiempo libre se asemeja al descanso porque el hombre continúa consumiendo y dándole ganancia al sistema. El ocio es un apéndice del trabajo para el hombre. La industria cultural se encarga de entretener y divertir haciendo una apología de la sociedad y de lo existente.
Así, las masas están engañadas en creer que pueden elegir lo que consumen, y paralelamente, "la fantasía, la imaginación y la espontaneidad se ven atrofiadas y adiestradas a la percepción que el mismo producto impone". Mas tarde Adorno escribió: "quien quiera adaptarse debe renunciar cada vez más a la fantasía".
Esta es la prisión del entretenimiento, en donde se modela en las masas una determinada percepción y sensibilidad. El individuo no es un ser único e irrepetible, sino que es un ejemplar más, un consumidor más.
Nuevamente la razón instrumental vuelve para legitimar este proceso.
En Matrix, los humanos sirven para la reproducción del sistema mediante la energía generada por los cuerpos. Cuerpos en serie, cuerpos "obedientes". ¿Esto no es lo mismo que los efectos que busca la industria cultural al engañar y someter a las masas a un consumo homogéneo y desorbitado para mantener las ganancias de la industria del entretenimiento? Nosotros también, al igual que los sujetos de Matrix, creemos ser libres.
Dejando de lado los paralelismos entre ficción y realidad, es cierto que no somos víctimas de una inteligencia artificial, ni estamos conectados a la Matrix para vivir nuestra vida (al menos aún no nos enteramos). Pero el mismo miedo a alejarnos de los hechos, según miradas cientificistas, nos destinaron a conformarnos con lo "real", impidiéndonos otras búsquedas, otros accesos a lo real, como ya lo habían sentenciado los románticos del S.XIX. Quedamos atados a nuevos mitos, el de la fórmula matemática y lo cuantificable.
Es cierto que no vivimos en campos donde somos cultivados sólo para dotar de energía al sistema. Pero ni la Industria cultural ni la totalidad de la que somos parte nos piensan como sujetos concretos, y diferentes. Nosotros también, con nuestra fuerza de trabajo y con nuestro tiempo de ocio entregado al consumo alimentamos al sistema para reproducirlo.
Nosotros no vivimos para destruir a la Matrix, pero de la misma manera legitimamos nuestra prisión, renunciando al pensamiento crítico y a nuestra capacidad transformadora. Cambiamos nuestra libertad por autoconservación. (*)
(*) Fuente: Trabajo realizado por María Daniela Noceti para la materia Principales Corrientes del Pensamiento contemporáneo de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires.
Bibliografía:
*
Itinerarios de la Modernidad , Nicolás casullo, Ricardo Foster, Alejandro Kaufman, Eudeba 1999
*
Escuela de Frankfurt, Razón Arte y Libertad, Alicia Entel, Víctor Lenarduzzi, Diego Gerzovich.
*
Dialéctica del Iluminismo, T. Adorno y M. Horkheimer
*
Teoría tradicional y Teoría Crítica, M Horkheimer
*
Matrix , Warner Bross. Duración 114 min.
texto disponible en: http://www.temakel.com/cinematrix.htm
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8 dic 2007
Matrix y la dialectica del Iluminismo
Rebotado por sauldadá at 8.12.07
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